Todos tenemos antojo de alguna comida de vez en cuando pero para muchas personas, dejar de comer por ansiedad resulta muy difícil y terminan sucumbiendo a todos y cada uno de sus caprichos con la comida.
Hoy os traemos algunos trucos que la investigación ha señalado como beneficiosos a la hora de dejar de comer por ansiedad.
Dejar de comer por ansiedad con estos trucos
1. Toques en la frente
Como lo lees. Un estudio ha revelado que, darnos toques en la frente de forma repetida puede ayudarnos a dejar de comer por ansiedad. Y este peculiar truco funciona porque, mientras lo haces, te distrae de los pensamientos que te incitan a comer (siempre y cuando no tengas hambre, obviamente).
2. Cambiar la forma de pensar
Un truco más profundo y elaborado que el anterior es cambiar nuestra forma de pensar. Cuando aparezca la necesidad de comer por ansiedad, debemos pararnos antes de abrir la nevera y comernos el alimento más calórico que encontremos y reflexionar si nos merece la pena darnos ese capricho en función de las consecuencias que tendrá.
En general, este punto consiste en cambiar la relación que tenemos con la comida y empezar a pensar si ese picoteo compulsivo nos compensa a largo plazo.
La Dr. Kathryn Demos, una de las autoras del estudio que puso a prueba este enfoque, explicó: «Hemos encontrado que el simple hecho de pensar de una manera diferente afecta a cómo el cerebro responde a las señales de los alimentos en los individuos con obesidad. A través de las imágenes de resonancia magnética, identificamos que pensar en el impacto negativo a largo plazo del consumo de alimentos poco saludables, aumentaba la actividad de una región del cerebro involucrada en el control inhibitorio y la autorregulación. Nuestros resultados muestran las posibilidades de centrarse en las consecuencias a largo plazo del consumo de alimentos poco saludables, ya que ésto podría ayudar a disminuir la ansiedad y, como resultado, podría mejorar los esfuerzos en la pérdida de peso «.
3. Jugar al Tetris (o al Candy Crush)
Son suficientes tres minutos jugando al Tetris para reducir los antojos de alimentos, cigarrillos y alcohol, según un estudio publicado recientemente en la revista Appetite.
Los psicólogos concluyeron que el Tetris puede proporcionar una distracción visual que ayuda a las personas a controlar sus antojos y dejar de comer por ansiedad.
En este sentido, ese truco se basa en lo mismo que el primero, es decir, en la distracción. Y es que muchas de las veces que consumimos alimentos sin hambre, solo por capricho o ansiedad, es porque estamos aburridos.
4. Usa tu imaginación
Pensar en los colores del arco iris, en el olor del jazmín o incluso mirar a un patrón aleatorio de puntos (como el que se ve cuando la antena de la tele no está conectada). Se ha encontrado que cualquiera de ellos puede ser un aliado para reducir la intensidad de la ansiedad por comer.
Los autores de ese estudio explican que: «… La participación en una tarea visual simple parece ser prometedor como método para detener los antojos de alimentos».
Quizá por el elemento de distracción que comparte con algunos de los demás puntos.
5. Comer con los ojos
Aunque resulte contraintuitivo, mirar interminables imágenes de alimentos puede hacerlos menos agradables de comer, según indica un estudio reciente. La gente pierde la atracción por esos alimentos al ver muchas imágenes de ellos.
6. Pasear
Un paseo de 15 minutos es suficiente para detener los antojos provocados por situaciones de estrés, según un estudio.
Los autores concluyeron: «Sesiones cortas de actividad física pueden reducir el ansia de alimentos azucarados en las personas con sobrepeso. Cuando el picoteo se ha convertido en habitual en las personas con sobrepeso, la promoción de sesiones cortas de actividad física podría ser valiosa para reducir la necesidad de consumir alimentos en los momentos en que la persona puede ser especialmente vulnerable, como por ejemplo durante un episodio de estrés o cuando los alimentos están disponibles. »
7. Desayuno protéico
El desayuno es la comida más importante del día. Estamos cansados de escucharlo. Y es que una nueva investigación muestra que el consumo de un buen desayuno (en concreto, uno rico en proteínas), aumenta la actividad de un neurotransmisor determinante, lo que puede reducir la necesidad de picotear durante el resto del día.
La Dr. Heather Leidy que dirigió el estudio, dijo: «Nuestra investigación mostró que las personas experimentan una disminución significativa en la necesidad de picotear dulces, si han desayunado. Además, los desayunos ricos en proteínas también reducen la necesidad de comer alimentos con alto contenido en grasa. Por otro lado, si el desayuno es omitido, los antojos siguen aumentando en todo el día».
8. Chicles (sin azúcar)
Es un viejo truco, pero que puede funcionar. Aunque no sea la golosina preferida por todos, algunos estudios sugieren que puede reducir la ingesta de bocadillos.
La Dr. Paula J Geiselman, que ha llevado a cabo un estudio sobre el tema, explicó que su investigación …»… Demuestra el papel potencial que mascar goma puede desempeñar en el control del apetito, la reducción de los antojos de bocadillos y control de peso. Incluso pequeños cambios en las calorías consumidas pueden tener un impacto a largo plazo. Y, esta investigación apoya el papel del chicle como una herramienta sencilla y práctica para la gestión de la necesidad de picoteo».
9. Dulces… sueños
Las personas que duermen poco o mal, tienen más dificultades para resistir las tentaciones, según un estudio.
Matthew Walker, uno de sus autores, explicó: «Lo que hemos descubierto es que las regiones cerebrales de alto nivel cognitivo, necesarias para la elaboración de juicios y toma de decisiones complejas, se vuelven lentas por la falta de sueño, mientras que las estructuras cerebrales más primitivas, que controlan la motivación y el deseo se amplifican.»
Puedes leer: 8 consejos para dormir bien
10. La importancia de las emociones
La estabilidad emocional es un factor importante a la hora de manejar la ansiedad por comer. Un estudio ha encontrado que las personas pierden más peso cuando aprenden a ponerse en contacto con sus sentimientos acerca de la comida.
Los autores del estudio concluyeron que: «Con una mejor comprensión de cómo se sienten y cómo se utilizan las emociones para tomar mejores decisiones, la gente no sólo come mejor, sino que también es probable que sean más felices y estén más sanos, ya que se relacionan mejor con los demás y están más preocupados por su bienestar general «.
Puedes leer también: Mejorar la salud emocional con una dieta saludable