Metas, objetivos, sueños… Todos tenemos los nuestros y muchas veces son el motor que nos hace levantarnos cada día. Sin embargo, puedes estar haciendo cosas que te alejan de ellos sin que te des cuenta.
Todos cometemos errores cuando tratamos de alcanzar metas en la vida, es normal. Lo mejor es levantarse de la caída, aprender la lección y continuar hacia adelante.
Ahora bien, siempre será mejor si sabemos de antemano qué serie de cosas nos van a impedir alcanzar metas desde el primer momento. Hoy señalamos algunas de ellas.
Alcanzar metas, lograr sueños
1.Algo más que un deseo
En todo proceso de decisión tiene que haber una fase de deseo. Antes de ponernos en marcha y tomar las medidas necesarias para alcanzar metas, reflexionamos sobre aquello que queremos y la imagen de aquello que deseamos se va haciendo más concreta.
El error reside en permanecer siempre en esta fase. No basta solo con desear algo o imaginar algo. El deseo ha de existir pero hay que dar pasos que nos acerquen al objetivo.
Muchas personas se estancan en la fase del deseo. «Me gustaría hacer tal o cual», «quisiera empezar ésto o aquello», «daría lo que fuera por lograr esa meta», son frases que suelen repetir. Pero un día tras otro aparcan ese deseo y nunca se deciden a dar el paso.
Las metas, los logros, los sueños, no suelen aparecer de la noche a la mañana por arte de magia. Evidentemente, hay excepciones, como en todo, pero esperar sentados a que el sueño de nuestra vida venga a llamar a nuestra puerta puede tenernos toda la vida sentados.
Sea cual sea la meta, sea cual sea el sueño que nos gustaría cumplir y, una vez que lo tenemos claro, debemos empezar a actuar.
2.Procrastinación: El «arte» de posponerlo todo
Es otro de los errores más comunes. Quiero apuntarme al gimnasio y empezar a sentirme ágil, quiero aprender inglés para viajar con mi mochila por el mundo, quiero estudiar esta carrera y dedicarme a aquello que me gusta, pero mejor empiezo mañana.
Y llega mañana y pensamos que lo mejor es empezar el lunes. Y llega el lunes y pensamos que el próximo mes nos viene mejor. Y cuando nos damos cuenta ha pasado el tiempo y, posiblemente la oportunidad.
Siempre tenemos la excusa perfecta para no empezar hoy ni mañana. Y lo cierto es que las circunstancias rara vez son las «ideales» para emprender el camino hacia nuestros objetivos.
Debemos evitar en lo posible esta mentalidad, dejar de posponer los planes y objetivos. Empezar mañana o mejor hoy mismo. Aunque empecemos dando pequeños pasos, ya estaremos más cerca de nuestro sueño que antes, y eso es lo que importa.
3.Lo que opinen los demás
Es uno de los factores que más nos alejan de nuestras metas. Tienes claro lo que quieres, te hace mucha ilusión y quieres empezar cuanto antes, pero has hablado con un amigo y su opinión te ha llevado a replantearte las cosas.
«Es muy difícil lo que quieres conseguir», «muy pocos consiguen eso que dices», y con frases como estas dinamitan tus ilusiones, haciendo que creas que aquello que quieres es imposible y que no lo lograrás.
Si todas las personas a lo largo de la historia se hubieran guiado por la opinión de los demás no habría existido nunca nadie que hubiera conseguido nada. Y las historias de personas que han «hecho oídos sordos» a estas opiniones, personas que no se han conformado con lo que les ha tocado y han luchado y conseguido sus sueños, son muchas.
Nadie debe hacer que sientas que no lo lograrás. Esas personas se comportan así porque ellos mismos se sienten incapaces de luchar por sus sueños. Tú decides si quieres que ellos decidan por qué tienes o no tienes que luchar.
4.Dejar pasar las oportunidades
Llevas meses, años, deseando que llegue y ha llegado. La oportunidad que esperabas está delante de ti. Lo lógico es pensar que no dudarás y aprovecharás esa oportunidad.
Para muchas personas esto no está tan claro. Cuando llega su oportunidad la dejan escapar, muchas veces con excusas. Y es posible que vuelvan a tener la posibilidad de «subir a su tren». Pero también es posible que nunca más vuelvan a tenerla.
El momento no era el adecuado, las circunstancias no «acompañaban», no se sentían preparados. Da lo mismo. De la misma manera que hemos señalado antes, las circunstancias perfectas puede que no se den nunca, pero las oportunidades sí que llegan y puede que solo lo hagan una vez, no son ilimitadas.
Aprovecha las oportunidades en cuanto tengas la ocasión.
6.No hacer caso a la intuición
A veces las situaciones que afrontamos son de alguna manera ambiguas. Debemos tomar una decisión que nos puede acercar a nuestros sueños pero tenemos muchas dudas.
Normalmente, un análisis de la situación, estudiar los pros y los contras, nos puede ayudar a ver con más claridad cuál es la decisión que debemos tomar, pero otras veces los pros y los contras estarán igualados y necesitaremos guiarnos de otra forma.
Cuando nos enfrentamos a este tipo de situaciones solemos tener una especie de sentimiento que nos indica de forma subjetiva el camino correcto. Nuestra intuición, nuestro instinto, nuestras sensaciones al respecto, suelen inclinarse hacia un lado la balanza y es el momento de prestar atención.
Si sentimos esa voz, esa sensación, esa intuición que nos indica que las cosas pueden salir muy bien si nos decidimos por A o por B, debemos hacerla caso. Cuando ignoramos nuestra intuición solemos quedarnos con la sensación de no haber hecho lo correcto, de habernos «traicionado» a nosotros mismos. No permitas que sea tu caso.
7.Puedo hacerlo yo solo
Normalmente no, no podrás. Y si puedes, te llevará mucho más tiempo y será mucho más difícil.
Muchas personas piensan que alcanzarán sus metas por ellos mismos, solo con sus dos manos, sin ayuda de nadie. Es posible que no les guste pedir ayuda, que tengan miedo de hacerlo o que crean que nadie les puede ayudar. Y es posible que no puedan ayudarle en todo, o solucionar todos sus problemas, pero el camino suele ser más sencillo si lo hacemos en compañía.
Tenemos que tener claro que ninguno de nosotros lo sabe todo ni tiene todos los recursos. En el camino hacia nuestras metas necesitaremos cosas que no podremos obtener por nosotros mismos y tendremos que pedir ayuda a personas que puedan proporcionárnoslas.
Además, a la hora de alcanzar metas o cualquier otra cosa en la vida, las relaciones que entablamos con otras personas, ya sea porque compartimos objetivos afines, porque damos y recibimos ayuda, etc, suele ser el factor que más enriquece nuestra vida y nos hace crecer.
No tienes por qué construir tú solo el barco hacia tus sueños. Llegarás antes y mejor preparado si te ayudan a construirlo y a remar.
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