Todos tenemos algún tipo de miedo, es natural. Sin embargo, no debemos permitir que el miedo nos paralice y nos obligue a cambiar nuestros objetivos o a evitar determinadas situaciones.
Lo primero que debemos averiguar es si en nuestro caso se trata de un miedo natural o común, o se trata de algún tipo de fobia. La diferencia entre ambos es que las fobias afectan de forma significativa a la vida de una persona pues las respuestas al objeto que produce temor son extremas e irracionales.
Si crees que en tu caso puede tratarse de una fobia, lo más probable es que no te sientas capaz de enfrentarte a ella por ti mismo. En este caso, contar con la ayuda de un profesional será fundamental.
En cualquier caso, se trate de fobias o de miedos, tomar medidas para vencerlos es la mejor decisión. Dejar que un miedo o una fobia tome el control de tu comportamiento terminará limitando tu vida y robando tu libertad.
En nuestro caso, vamos a tratar algunas estrategias para vencer el miedo, del tipo que sea, siempre que no se trate de una fobia.
Vencer el miedo y la ansiedad: Recuperando las riendas de nuestra vida
Tiempo
Para calmarnos. Porque la primera reacción ante un objeto o situación que nos da miedo es fisiológica. El pulso se acelera, aumenta la sudoración y la sensación de ansiedad. Es la adrenalina de tu cuerpo, que se prepara para la acción.
Tomar alguna decisión o reflexionar sobre algún tema en este momento es muy complicado. Los recursos de tu cuerpo están «a otra cosa» y hasta que no se asegure de que no hay peligro inminente para tu integridad no se detendrá esta respuesta.
Por ello, lo primero que debemos hacer es conceder al cuerpo este tiempo. Podemos salir a dar un paseo, a tomar el aire, prepararnos un baño relajante, etc. A medida que la respuesta fisiológica vaya disminuyendo contaremos con más claridad mental para pensar en la mejor forma de actuar.
Estar preparado para lo peor
Cuando algo nos angustia o nos da miedo, detenernos a pensar en lo peor que nos podría pasar en ocasiones sirve de ayuda. La mayoría de las veces nos damos cuenta de que lo peor que nos puede pasar no es tan terrible en realidad.
Otras veces, sin embargo, pensar en lo peor puede agravar la respuesta de miedo y que suframos un ataque de pánico. En este caso debemos aprender a identificar las sensaciones. Si sentimos que nuestro pulso no se va haciendo más lento y nuestra respiración sigue acelerándose, lo mejor es no tratar de luchar contra ello.
En ese momento debemos prestar atención a nuestra respiración para hacerla más lenta. Podemos colocar la mano sobre el estómago y concentrarnos en respirar lenta y profundamente durante un rato, hasta que la ansiedad vaya disminuyendo. De esta forma contribuimos a que nuestra mente aprenda a hacer frente al miedo y sepa que cuenta con herramientas para relajarse (como respirar más despacio).
Exposición
Puede parecer el recurso más radical pero, lo cierto es que puede llegar a ser de los más efectivos. La exposición se utiliza en terapia de conducta para tratar muchas fobias.
La exposición no es otra cosa que exponernos al estímulo que nos produce miedo o ansiedad hasta que deje de producirlos. Ahora bien, la exposición puede hacerse de forma progresiva, en lugar de introducirnos de lleno en la situación que nos da miedo.
Por ejemplo si tenemos miedo a subir en ascensor. La exposición en sí consiste en entrar en el ascensor y permanecer dentro hasta que la sensación de pánico se haya ido. Hacerlo de forma progresiva (el primer día nos acercamos sin entrar, el segundo día entramos 10 segundos, el tercero entramos 20 segundos, etc.) puede resultar igual de útil y menos drástico para muchas personas.
Para llevar a cabo la exposición, un profesional de la salud mental nos puede ayudar a elaborar el listado de pasos progresivos, además de proporcionarnos técnicas de relajación que podamos utilizar durante la sesión de exposición.
Ser realista
Los miedos no se superan de un día para otro. Vencer el miedo o la ansiedad requiere tiempo y trabajo constante, por lo que no debes desesperar si sientes que avanzas despacio o, incluso, si tienes retrocesos. No te preocupes por ello, es parte del proceso y no significa que no estés consiguiendo nada.
Imaginación
Cuando empieces a notar que el miedo o la ansiedad aparece, puedes cerrar los ojos e imaginar una situación relajante o que te aporte tranquilidad, y concentrarte en ella unos minutos. Cualquier situación puede valer siempre y cuando te proporcione calma y te permita concentrarte en ella, visualizando lo que sentirías estando en esa situación.
Hablar sobre ello
Muchas veces, el hecho de hablar sobre el miedo en cuestión o la situación ansiógena nos ayuda a verla desde otra perspectiva o a restarle importancia. Puedes hablar de ello con algún amigo o familiar, en psicoterapia o recurrir a algún grupo de ayuda que comparta contigo el mismo temor.
Mantén hábitos saludables
Muchas personas que se enfrentan a algún miedo o sufren ansiedad, recurren al uso del alcohol o las drogas, o llevan un estilo de vida poco saludable. Mantener un estilo de vida saludable (o adquirirlo si no lo practicamos ya) es fundamental puesto que los malos hábitos suelen contribuir a que la ansiedad o el miedo se mantenga o se agrave.
Llevar una dieta equilibrada, realizar ejercicio físico, dormir las horas necesarias o evitar excitantes como la cafeína, contribuirá a que nos sintamos mejor tanto física como mentalmente.
Recompensas
Sobre todo si te has puesto manos a la obra para vencer el miedo o la ansiedad, es importante que nos premiemos a nosotros mismos por cada logro conseguido.
¿Has realizado la llamada que llevabas semanas evitando?, enciende unas velas y relájate en un baño de espuma. ¿Tuviste la reunión con el jefe que llevaba días quitándote el sueño?, ve a que te den un masaje. ¿Has aguantado un minuto en el ascensor?, regálate ese libro en el que llevas meses pensando. Lo importante es que vayas recompensando esos pequeños esfuerzos que vas realizando.
Como señalé arriba, es importante que diferenciemos entre miedos y fobias. Si lo muestro va más allá del miedo debemos acudir a un profesional que nos ayude a tratar la fobia.
Imágenes: Pixabay
2 comentarios. Dejar nuevo
Me gusto mucho lo que lei soy una persona muy insegura y me gustaría recibir ayuda. saludos
Gracias por tu comentario, Noelia. Si crees que te vendía bien algo de ayuda, debes ponerte en contacto con un profesional. Un abrazo