La psicología positiva, en lugar de centrarse en los aspectos «negativos» de la psicología humana, lo hace en los positivos.
Definida en 1998 por Martin Seligman y Csikszentmihalyi Mihaly, esta teoría no reemplaza ni descarta la psicología tradicional.
¿Qué es la psicología positiva?
La psicología tradicional ha tratado siempre los aspectos negativos de la psique humana y tratado de investigar sus posibles causas.
Por poner un ejemplo, el trastorno depresivo, sus síntomas, posibles causas y tratamientos, han generado mucha investigación y existe mucha información al respecto. Sin embargo, los aspectos positivos, la felicidad y el bienestar, son factores que están mucho menos documentados.
Por decirlo de alguna manera, la psicología tradicional se ha centrado más en alejar o reparar el «fallo», mientras que la psicología positiva se centra más en atraer o potenciar los aspectos positivos.
El pensamiento positivo es uno de los aspectos en los que se centra la psicología positiva. En muchas ocasiones hemos señalado en este blog, que la felicidad es más una actitud que un acontecimiento externo.
De nada nos sirve estar rodeados de todo lo que puede hacernos felices, un buen nivel económico, unas buenas amistades, una familia feliz, etc, si dentro de nosotros albergamos pensamientos negativos e infelicidad.
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Es este diálogo interno negativo el principal obstáculo para la actitud positiva y, en última instancia, para la felicidad.
Los pensamientos negativos pueden minar nuestra autoestima, llenarnos de inseguridad y de dudas, de culpa y, en definitiva, de una gran variedad de emociones negativas que nos impiden ser siquiera conscientes de todo lo bueno que nos rodea. Por no mencionar que los pensamientos negativos aumentarán nuestra ansiedad y estrés, haciéndonos vulnerables a muchas enfermedades físicas y mentales.
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Psicología positiva. Eliminando pensamientos negativos
El pensamiento negativo se manifiesta de muchas formas pero os vamos a señalar las cuatro más comunes.
- Filtrado: Se caracteriza por filtrar la información que obtenemos de las situaciones resaltando los aspectos negativos y focalizándonos en ellos. Puede llegar hasta el extremo de obviar los aspectos positivos.
- Personalización: Las personas que tienden a tener pensamientos negativos suelen hacer un drama de todo aquello que ocurre. Personalizar una situación significa asumir que los eventos negativos nos ocurren a causa de nuestra mala suerte o como resultado de algo que hemos hecho o que no hemos hecho. La cuestión es que a pesar de que las causas del evento sean claramente externas a la persona, ésta sigue atribuyéndolas a sí mismo o sus circunstancias y puede llegar a pensar que han ocurrido para hacerle daño.
- Catastrofismo: Este tipo de pensamiento implica anticipar siempre lo peor. Con frecuencia, suelen anticiparse a conocer las consecuencias de una situación, exagerándolas en extremo y, muchas veces, empeorando las cosas, lo cual servirá para que puedan confirmar sus sospechas y reforzar este tipo de pensamientos.
- Polarización: Este pensamiento consiste en ver las cosas «blancas» o «negras». O las cosas son perfectas o es el fin del mundo.
La psicología positiva puede ayudar a detener este tipo de pensamientos por lo que puede aplicarse en muchos ámbitos de la salud mental y emocional.
En los casos de ansiedad, de estrés o de depresión, puede ayudar a la persona a ver los aspectos positivos de su situación y aliviar los pensamientos negativos que los acompañan.
Por otra parte, existen numerosos estudios en los que se muestra una relación estrecha entre el estrés y el sistema inmune.
Cuando una persona atraviesa una época de alto estrés, ya sea en el ámbito laboral, el hogar o en cualquier área de su vida, la respuesta inmune de su cuerpo se ve disminuida, aumentando su vulnerabilidad a las infecciones.
La psicología positiva puede ayudarnos a desarrollar una actitud positiva ante la vida, haciéndonos más fuertes a la hora de hacer frente a enfermedades graves.
Por ejemplo, la recuperación y tolerancia al tratamiento en los casos de cáncer, se ven beneficiadas de una actitud positiva. También en los casos de enfermedades cardiovasculares, puede ayudarnos una visión optimista de la vida.
Hay que tener claro que la psicología positiva no hará que no nos ocurran eventos negativos. Pero también es cierto que puede aportarnos las herramientas necesarias para hacerles frente, para no ceder ante las dificultades y el miedo.