Me confieso enamorada de los gatos. ¿Alguna vez te has preguntado por qué encontramos tan encantadoras a estas criaturas felinas?
Puede que, al igual que yo, hayas sido propietario de un gato (o tú hayas sido propiedad de él). Ya sabes la alegría que los gatos pueden darnos, incluso cuando son deliciosamente desagradables.
¿Por qué los gatos nos atrapan el corazón y nos esclavizan a través de su encanto?. Lo que indicamos a continuación se puede aplicar también a los perros. Me gustan los perros, pero soy una «persona gato», así que me voy a centrar aquí en los gatos.
Lo que podemos aprender de los gatos
Estas hermosas criaturas tienen una cualidad poco común que los humanos harían bien en cultivar: una gran capacidad de recibir afecto. Cuando un gato precioso se cruza en nuestro camino, no es fácil resistir el impulso de acariciarlo, incluso cuando no es sensato hacerlo.
¿Por qué algunos de nosotros seríamos capaces de exponernos a un buen arañazo (o mordisco) por la potencial gratificación de acariciar a un gato?
El recibimiento felino: Los gatos nos acogen
Una de las razones por las que nos encanta acariciar a los gatos se debe a la acción rítmica de acariciar su piel aterciopelada que nos hace sentir bien. Pero estoy convencida de que hay más que eso.
Creo que una de las principales razones por las que nos encantan los gatos se debe a una extraña habilidad que pocos seres humanos poseen: perciben nuestro tacto de una manera muy sentida, están allí mismo, en el momento delicioso de recibir nuestra caricia.
Deleitándose con nuestra presencia física, pueden empezar a ronronear y quizás rodar sobre la espalda, dejando al descubierto su vulnerabilidad, como diciendo, «Yo confío en ti, dame un poco de amor y hazme sentir bien».
Su regalo para nosotros es que nos reciben profundamente, sin ningún tipo de cogniciones perturbadoras o recuerdos inquietantes de momentos amargos, como cuando nos olvidamos de darles de comer o limpiar su caja de arena. Dejan que todo eso se vaya. Sólo están aquí con nosotros en este momento.
Tal vez tengas la suerte de tener una pareja a la que recibes de una manera profunda. Pero, lamentablemente, la mayoría de nosotros, humanos, sufrimos bloqueos a la hora de recibir a alguien de esa forma.
Tal vez los conflictos del pasado han enturbiado las aguas. O bien, se nos ha enseñado que la administración de afecto es más noble que la recepción, y consideramos egoísta recibir sin inhibiciones.
Los gatos nos enseñan que esto no es cierto. Lo más probable es que no juzguemos a los gatos como egoístas; nos encanta cómo nos acogen abiertamente. Tal vez por eso la investigación ha demostrado que los gatos pueden ser muy terapéuticos para nosotros.
Los gatos y la salud
Un estudio de investigación de 10 años sugiere que los dueños de gatos tenían menos probabilidades de morir de ataques al corazón que las personas que nunca han sido dueños de uno.
Este último grupo tuvo un 40 por ciento más de probabilidades de morir de ataque al corazón y un 30 por ciento más probabilidades de morir por enfermedad cardiovascular.
Otros estudios confirman que los gatos pueden bajar la presión arterial y facilitar la liberación de la dopamina y la serotonina, que reducen el estrés y mejoran el funcionamiento inmune.
Los gatos también pueden ayudar a liberar oxitocina, que se asocia con el sentimiento de estar enamorado.
Como sabemos, el amor cura, y tal vez un aspecto importante de esta curación es la unión creada por la capacidad de los gatos para recibirnos profundamente.
Si piensas en la forma en que tu gato te acerca los bigotes o te acaricia con su cabecita, recordarás esa preciosa sensación.
Según lo expresado por Paul Zak, autor de La Molécula Moral, este vínculo de amor puede explicar por qué «la gente gasta miles de dólares para tratar a los gatos en el veterinario, en lugar de practicar la eutanasia y simplemente obtener un nuevo animal.»
Si eres uno de los afortunados de tener un gato cariñoso en tu vida, piensa cómo él o ella recibe tus muestras de afecto. ¿Cómo te sientes por dentro cuando estás siendo profundamente recibido?
Del mismo modo, cuando alguien que te gusta te da un abrazo o cariño, sientes que te pierdes en él. Pues seamos como los gatos. Sal de tu cabeza y se consciente de lo se sientes en tu cuerpo cuando recibes el afecto de un ser querido. Ya sea de un gato o un humano, recrearte en ese amor, sana.