El mal humor y los estados de ánimo son una parte natural de la vida. Sin embargo, no tienen por qué ser motivo de vergüenza ni destructivos. Pueden gestionarse con éxito, con poco o ningún perjuicio.
Abandonar el mal humor, 12 consejos.
Antes de comenzar con el post, creo necesario hacer la siguiente aclaración:
He de recordar que atravesar episodios de mal humor o de otros sentimientos y emociones negativas es perfectamente normal y humano. El objetivo de trabajarlas y aprender a gestionarlas no es otro que el de minimizar el impacto que pueda tener en nuestra salud y relaciones interpersonales. En mi opinión, no debemos censurar las emociones negativas sino aprender a gestionarlas. Creo que es una cuestión que es necesario aclarar, en una sociedad en la que parece que ser feliz y experimentar emociones y sentimientos positivos todo el tiempo es una «obligación».
Ahora sí, estos son los consejos:
1) No luchar contra él
La lucha contra el mal humor es como revolvernos en arenas movedizas, sólo empeora las cosas. Simplemente debemos ser consientes de nuestro mal humor y aceptar que, «es como es.»
2) Busca el aprendizaje
¿Puedes sacar una lectura positiva de tu estado o situación? Cuando un estado de mal humor es consecuencia de un suceso negativo, siempre podemos verlo como una oportunidad para el aprendizaje.
3) Abraza la emoción
El mal humor puede movilizarnos, energizar la conducta y potenciar el empoderamiento. Podemos obtener cosas buenas cuando estamos en este estado ya que somos más valientes y decididos, por ello pregúntate qué ventajas puedes sacar de un estado de mal humor.
4) Comprender que nuestros sentimientos son siempre normales
Nuestros sentimientos y, en este caso el mal humor, pueden ser irracionales, pero siempre son respuestas normales a nuestra naturaleza y nuestra educación.
A veces tiene lugar un evento que se añade o remueve sentimientos del pasado, por lo que nuestra respuesta emocional parece desproporcionada en relación con el caso, pero en realidad es comprensible si tenemos en cuenta el panorama completo.
5) Darnos un poco de cancha
Nadie es perfecto y todos somos proyectos en evolución. Formúlate frases como, «Yo sólo soy una persona y lo estoy haciendo lo mejor que puedo.» Aceptar nuestro mal humor y perdonarnos a nosotros mismos, como lo haría nuestro mejor amigo o alguien nos quiere mucho.
6) Atención al momento presente
No debemos agravar nuestro mal humor por rumiar sobre el pasado o preocuparnos por el futuro. Podemos probar técnicas de Mindfulness, respiración profunda, relajación muscular progresiva o meditación, como herramientas para aliviar el mal humor y relajar la mente y el espíritu.
7) Prestar atención a nuestra forma de pensar
Para combatir el mal humor, también podemos observar nuestros pensamientos negativos y optar por no identificarnos con ellos. Disponer de pensamientos alternativos a los que recurrir cuando los negativos se apoderan de nuestra mente es una buena estrategia. Utiliza esos pensamientos para sustituirlos por los negativos y poco a poco irás automatizando el proceso.
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8) Hacer una pausa
Si tenemos mal humor, es buen momento para salir a tomar el aire un rato o cerrar la puerta del despacho para tener un tiempo de respiro.
No es un buen momento para iniciar conversaciones importantes sobre el trabajo o las relaciones, debemos dejar claro a nuestros seres queridos que no tenemos buen humor y mordernos la lengua para no dejarnos llevar y decir cosas de las que después podamos arrepentirnos.
9) No te olvides de tu auto-cuidado
Para combatir el mal humor, necesitamos cuidar de nosotros mismos, incluso si es tan simple como una buena taza de café, una comida deliciosa, un baño de burbujas o una noche temprano a la cama.
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Eso sí, es necesario que sean conductas saludables ya que consumir alcohol u otras sustancias, ir de compras y otras conductas compulsivas pueden parecer conductas de auto-cuidado, pero pueden ser más perjudiciales al final.
10) Dile a tu entorno lo que te hace falta
No debemos esperar que los demás lean nuestra mente ya que podemos acabar en conflicto. Lo mejor es utilizar la comunicación asertiva para pedir ayuda o espacio, en función de nuestras necesidades.
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11) Tú no eres tu ira
Podemos sentirnos de mal humor pero no significa que «seamos el mal humor». Somos un abanico inmenso de matices emocionales y nuestro estado de ánimo actual es una parte minúscula y transitoria.
12) Un poco de auto-compasión
Cuanto más nos comprendamos, nos aceptemos y cuidemos de nosotros mismos, antes se irán los nubarrones del mal humor, pues, como decía al principio, resistirnos o luchar contra ello solo agravará el malestar.
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