Existe un número amplio de creencias acerca de los niños con autismo, muchas de ellas erróneas. La representación de autismo que vemos en las películas y programas de televisión suele ser superficial e incompleta y en base a esa información creamos nuestra idea acerca del autismo.
Hoy echamos un vistazo a mitos comunes y realidades acerca de los niños con autismo.
1. Mito: Los niños con autismo no se preocupan por tener relaciones sociales
Realidad: Los niños con autismo quieren tener amigos. Sin embargo, muchas veces carecen de las habilidades y la conciencia social para hacer amigos o mantener amistades.
Les es difícil, por ejemplo, mirar a la gente a los ojos cuando habla. En las culturas occidentales, esto a menudo se interpreta como una falta de respeto. Pero estos niños tienen dificultades para procesar lo que están tratando de decir y lo que están observando en la cara del otro, al mismo tiempo. Con el fin de seguir con su línea de pensamiento, es necesario que «miren» hacia su interior.
Otro síntoma que se interpone en el camino de las relaciones sociales es su dificultad para leer las señales sociales. Cuando hablan, no son capaces de notar si otra persona se aburre o se irrita, por lo que no responden como normalmente se espera. Los niños con autismo necesitan ayuda para desarrollar esas sensibilidades y aprender a responder adecuadamente.
2. Mito: Los niños con autismo son eruditos
Realidad: Sí, algunos niños con autismo tienen una habilidad rara, especial. Algunos te pueden decir el día de la semana en que naciste, si sólo conocen tu fecha de nacimiento.
Otros tienen la capacidad de tocar el piano de oído o de aprender fórmulas matemáticas complejas a pesar de que no pueden cruzar la calle con seguridad o decidir qué es ponerse según el clima.
Alrededor del 10 por ciento de estos niños tienen habilidades eruditas. El otro 90 por ciento son como el resto de nosotros, con una amplia variedad de talentos y habilidades.
3. Mito: Los niños con autismo no son emocionales
Realidad: Sí, lo son. Sin embargo, a menudo tienen dificultades para manejar sus emociones. Pueden ser excesivos o insuficientes a la hora de expresar lo que sienten. O pueden malinterpretar la situación o lo que se está diciendo y responder de manera inapropiada.
4. Mito: Los niños con autismo aletean, se balancean o retuercen
Realidad: Los conductas de balanceo y aleteo son comunes en los niños que también están cognitivamente limitados, pero no siempre están presentes en los niños que están en el extremo de alto funcionamiento del espectro.
Se desconoce por qué algunos niños con autismo manifiestan estas conductas. Puede ser una forma de tranquilizarse o enfrentarse a las cosas. Puede ser una consecuencia química del cerebro.
Los niños con autismo con alto funcionamiento, muchas veces aprenden a controlar el impulso o hacerlo de manera que sea socialmente más aceptado.
5. Mito: Los niños con autismo no son creativos
Realidad: No siempre son creativos de la forma en que otros esperan. Es cierto que muchos niños con autismo tienen dificultad con el juego imaginativo o la fantasía. Pero pueden ser enormemente creativos en torno a sus intereses particulares. Los niños con autismo pueden tener mucha capacidad de creación.
6. Mito: Los niños con autismo no van bien en el colegio
Realidad: Depende del grado de autismo. Debemos recordar que este trastorno se distribuye en un espectro. Aunque el 75 por ciento de los niños con autismo tienen limitaciones cognitivas, el otro 25 por ciento tiene una inteligencia superior al promedio. Algunos estilos y comportamientos de aprendizaje de los niños con autismo pueden ser incompatibles con los de la educación ordinaria.
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7. Mito: Los niños con autismo son rígidos
Realidad: Algunos lo son. Algunos no lo son. La aparente necesidad de rutina, reglas y estructura, es la manera que tienen los niños con autismo, de saber lo que se espera de ellos y sentirse seguros.
Los niños del extremo superior del espectro pueden desarrollar habilidades sociales y prácticas para sentirse más seguros siendo quienes son, por lo que pueden llegar a ser menos dependientes de las normas en el día a día de sus vidas.
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