¿Por qué no puedo encontrar la felicidad?
1. Para empezar a encontrar la felicidad, acepta
2. La pastilla para encontrar la felicidad
Hoy en día existen muchas personas que toman medicación para determinados problemas de salud mental y, sin embargo, no se sienten más felices. Los medicamentos pueden ayudar a relajar y a calmar, pero los medicamentos no cambian el funcionamiento de tu mente. Podemos tomar medicación de forma indefinida sin ver resueltos nuestros problemas de ansiedad, estrés o depresión.
Y es que el trabajo con nuestra mente, el trabajo sobre nosotros mismos no lo puede hacer la medicación por nosotros. El trabajo debemos hacerlo nosotros mismos (mejor con la ayuda de un profesional) ya que es la única manera de conocer el fondo del problema y poder cambiarlo desde la raíz.
Nunca vamos a encontrar la felicidad con medicación. La encontraremos cuando trabajemos desde el interior para cambiar aquellos aspectos de nosotros mismos desde los que nacen la ansiedad, el estrés o la tristeza.
3. Las excusas para no empezar a buscar
Piensa en ésto. ¿Cuántas veces has dicho que ibas a empezar a hacer ejercicio?. ¿Cuánto has tardado en encontrar una (o muchas) excusas para no hacerlo?. Al igual que en este ejemplo ocurre con muchos aspectos más.
Probablemente pasen por tu mente miles de cosas que te gustaría hacer, decisiones que te rondan la cabeza pero no llegas a tomar. A medida que crecen las ganas, crecen los «peros». Debemos reflexionar sobre ello.
Muchas veces es miedo, miedo de cambiar hábitos, miedo de hacer cosas nuevas y diferentes, miedo de equivocarnos.
Otras veces es pereza. Tu zona de confort, la rutina que has creado es gris, no te emociona, no te aporta nada, pero es cómoda. Todo es previsible y está bajo control. Te gustaría cambiar muchas cosas de tu rutina pero te da pereza empezar con ello.
Para encontrar la felicidad debemos asumir riesgos. El precio que pagamos por la pereza o la cobardía puede ser muy elevado si nos está costando la felicidad.
4. Saber dónde empezar la búsqueda
Puede ser tu caso el de la persona que lo tiene todo pero se siente vacía. Piensa dónde estás buscando la felicidad y qué estás haciendo para obtenerla. La felicidad no viene del exterior.
Las sensaciones que puedes experimentar con factores externos como bienes materiales tienen fecha de caducidad. La felicidad está dentro de uno mismo, en la capacidad de atreverse a buscarla y encontrarla.
Piensa si estás haciendo lo posible por llenar tu corazón y no lo estás haciendo por llenar tu casa. Los pequeños detalles de la vida, las experiencias que nos enriquecen, las personas que queremos, la paz con nosotros mismos, son los lugares en los que tienes que empezar a buscar porque es en ellos donde puedes encontrar la felicidad.
5. Idealizar la felicidad
Por último, debes reflexionar sobre lo que entiendes que es la felicidad. Los medios, las redes sociales, las películas, la sociedad, etc, alimentan un concepto de felicidad que no es real.
La felicidad no es un estado de alegría absoluta de duración indefinida. La felicidad es más bien un sentimiento de satisfacción con la vida y de plenitud. La felicidad por tanto, no significa la ausencia de problemas, no sufrir acontecimientos negativos, pues son inevitables y nadie se libra de ellos. Para encontrar la felicidad, debemos ser capaces de comprender ésto.
La felicidad es un cristal con el que miramos la vida, la vida que nosotros construimos activamente, es la capacidad de ver con perspectiva nuestra situación y circunstancias, y sentirnos satisfechos de lo que vemos.
Tu felicidad debes construirla activamente, día a día, con cada uno de tus pensamientos y cada una de tus acciones. Solo debes aprender a dirigirlas a los lugares adecuados.
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Imágenes: Pixabay
4 comentarios. Dejar nuevo
Cuando hablamos de felicidad siempre partimos de una premisa equivocada: pensar que la vida es un regalo maravilloso. No es tan maravilloso en cuanto que vivir implica pertenecer a una sociedad humana con reglas y costumbres que quizás no vayan contigo. Es como si te invitan a una fiesta estupenda a la que no quieres ir. Simplemente porque no te gusta la música o el lugar donde se va a realizar o no te gusta disfrazarte…vamos que estarías en tu casa más feliz viendo una película….Pero ahí estás. Disfrazada de mamarracha para encajar, aguantando una música que no te aporta nada e intentando divertirte hablando con la gente que no conoces…
Tengo casi 60 años y lo he intentado todo: he estudiado una carrera, hago natación, salgo a conocer gente, me casé, tuve hijos, tuve amigas (ya no porque he aprendido que la amistad es de lo que la gente se disfraza para aprovecharse de los demás)he trabajado de todo, hasta cuidando ancianos.. ahora me he apuntado a clases de inglés….no importa lo que haga, lo que cambie en mi vida, las veces que me mude…..la infelicidad siempre estará ahí susurrándome al oido: no perteneces a este mundo..
Gracias por tu comentario, Beatriz 🙂
Por lo que comentas parece que nada de lo que has experimentado en la vida te ha aportado felicidad. Tal vez, solo si es el momento para ti, sería interesante analizar con un profesional por qué te ocurre todo esto. Por muy diferentes o raros que nos sintamos, es difícil no encontrar nada en la vida que nos aporte alegría o felicidad. Por eso, es posible que el problema no sea externo sino interno.
Como comento en el artículo, la felicidad no se puede buscar fuera, es una actitud ante la vida, pero algunas personas no son capaces de disfrutar. La anhedonia, que es como se llama a esta dificultad, aparece en diferentes problemáticas emocionales.
Te animo a buscar ayuda de un profesional y empezar a llenar tu vida de cosas que le den sentido.
Un abrazo! 🙂
necesito saber como ayudar a mi hermana para que visite un psicólogo, sufre de ansidad, cada día se encierra más, no puede manejar, siempre tiene migrañas y problemas estomacales y dice que siente que nada la hace feliz, agradecería cualquier consejo, Gracias
Gracias por tu comentario, Deglys.
Lo ideal sería que en primer lugar, tu hermana acudiera a su médico de familia para evaluar esos síntomas y descartar causas de origen físico.
Una vez descartadas, será el profesional de salud mental el que evalúe su estado y aplique el tratamiento adecuado a su diagnóstico.