Si llevas un tiempo conviviendo con tu malestar
probablemente lo hayas compartido con personas de tu entorno. Muchas de ellas no habrán sabido qué decirte, otras te habrán contado lo que harían si estuvieran en tu lugar y otras, directamente, te hayan dicho lo que creen que es mejor para ti y lo que debes hacer.
Pero me temo que nada de esto te ayuda. No es lo que necesitas.
En primer lugar necesitas que alguien te escuche sin juzgarte, sin entrar a valorar si lo que sientes o piensas es bueno o adecuado, simplemente que alguien esté para ti.
–
En segundo lugar, necesitas buscar dentro de ti, entender lo que te ocurre y aprender a decidir sin que nadie te lo diga, lo que necesitas y lo que es mejor para tu bienestar.
–
Y, evidentemente, tomar decisiones alineadas con ello.
Y es que solamente tú puedes recorrer este camino, nadie puede hacerlo por ti.
El problema es que muchas veces nos cuesta ver la solución y nos sentimos sin herramientas, como si estuviéramos en un laberinto sin ningún mapa que nos indique la salida y acabamos dando palos de ciego y agotados.
Y no es que seamos torpes o que el problema no tenga solución, es que nadie nos ha enseñado a resolver las dificultades psicológicas ni emocionales.
Cuando era niña, recuerdo preguntar constantemente a mis padres el porqué de las cosas.
Y era algo que a veces les desesperaba. Y es que era muy curiosa, me gustaba entender.
De mayor, encontré en la mente humana un lugar donde las preguntas se sucedían unas detrás de otras: ¿por qué somos como somos? ¿qué nos hace diferentes al resto? ¿por qué en las mismas situaciones las personas reaccionan de maneras diferentes? Y la más profunda de las preguntas: ¿por qué las personas tienen problemas psicológicos o emocionales?
Y recuerdo que pensé: «esto es lo que quiero»
Así que seguí formándome para poder trabajar en mi propia consulta (licenciatura en psicología, másters sanitario y en desarrollo de personas, formación en autoestima o inteligencia emocional…).
También me embarqué en varios procesos de terapia personal para resolver algunos asuntos que me hicieron tropezar en el camino.
Desde entonces he trabajado con más de 300 personas que, desde países como Australia, Canadá, EEUU, Reino Unido, Irlanda, Finlandia, Alemania, Italia, Dinamarca o Portugal, y por supuesto desde España, se han embarcado en su propio proceso de terapia confiando en mi trabajo.
︷
Aproximadamente, 3000 horas de terapia psicológica acompañando a personas como tú, que no han hecho más que reforzar la idea de que esto es lo que sigo queriendo.
︸
Puedes echar un ojo a sus reseñas un poco más abajo y, si quieres como ellos empezar tu terapia, puedes contactar en el botón de aquí abajo.