En general, todos nosotros tendemos a hacer suposiciones sobre cómo deben ser nuestras relaciones de pareja. Muchas veces, estas suposiciones erróneas o sesgadas, son fuente de frustraciones y problemas.
Errores frecuentes en las relaciones de pareja
Los medios de comunicación, películas, revistas, internet, familia, amigos y demás, suponen fuentes de influencia sobre la manera en que consideramos que deberían ser las relaciones de pareja. Muchas veces, estas creencias son erróneas, están descontextualizadas o son desproporcionadas.
Muchos malentendidos pueden derivarse también de no comunicarnos de forma adecuada con el otro en nuestras relaciones de pareja, por lo que nos formamos ideas y pensamientos sin conocer toda la información, puesto que nos falta su versión acerca de lo que pensamos.
Tomar decisiones en base a estos pensamientos incompletos, compromete el estado de nuestras relaciones de pareja, además de que el hecho de proceder de esta forma puede hacer al otro sentirse infravalorado o no tenido en cuenta.
Algunas de las creencias erróneas más comunes en las relaciones de pareja son las siguientes:
1. «Si me quieres, sabrás lo que estoy pensando»
Nada más lejos de la realidad. Pensar que nuestra pareja debe conocer nuestros pensamientos o, de lo contrario, significa que no nos quieren lo suficiente.
En las relaciones de pareja, esta tendencia puede deberse a que asumimos que comunicamos nuestros deseos, necesidades o pensamientos, cuando en realidad no lo hacemos o creemos que con hablar de ello una vez es suficiente.
Estos supuestos generan frustración en quien espera del otro que se anticipe a sus necesidades, por lo que le culpará por ello y se generarán múltiples discusiones por sentir que nuestras relaciones de pareja no alcanzan las expectativas que hemos puesto en ellas.
Lo mejor que podemos hacer es comunicarnos de forma clara y madura con nuestra pareja. Ninguno de los dos tiene poderes adivinatorios y una comunicación rica y sincera, hará que nuestras relaciones de pareja sean más sanas, íntimas y profundas.
2. «Una sexualidad muy activa es sinónimo de más amor»
Así es como nos muestran las relaciones de pareja en los medios de comunicación. Lo cierto es que esta visión se ha «sexualizado» en exceso ya que nos hacen pensar que el sexo debe ser el centro de las relaciones de pareja, además de que dan por hecho que tener una relación sexual plena y satisfactoria es sencillo.
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La realidad es que, a pesar de ser un factor importante en nuestras relaciones de pareja, rara vez suponen el problema principal de la relación, sino que son otros problemas de fondo los que pueden estar saliendo a la luz a través de problemas en el sexo.
«Sexualizar» la relación únicamente conduce a que el sexo no tenga lugar de forma fluida y natural, lo cual distanciará a la pareja. Si pensamos que el sexo es el problema que aqueja a nuestras relaciones de pareja, charlar tranquilamente sobre el asunto tal vez revele nuevos focos problemáticos fuera del dormitorio.
3. «Si hicieras esto o lo otro, todo funcionaría mejor»
Nos referimos a señalar como culpable de los problemas al otro y no ser capaces de mirar hacia nosotros mismos y ver de qué manera estamos contribuyendo a aumentar o disminuir el problema.
Los obstáculos en las relaciones de pareja son parte de las mismas. Son procesos dolorosos pero no debemos centrarnos solamente en nuestra parte.
Entender el dolor y el punto de vista del otro, como individuo diferente a nosotros que es, hará que gestionemos mejor estos problemas.
No estamos hablando de estar de acuerdo, sino de ver que el otro tiene sus propios sentimientos y puntos de vista y que son tan valiosos y respetables como los nuestros. Es a partir de aquí donde podemos empezar a construir con el otro.
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4. «Si me quieres, debo ser tu prioridad»
Esta afirmación lleva implícito el mensaje de que si nuestra pareja nos quiere, debe sacrificarse por nosotros. Si bien es importante priorizar a nuestra pareja, es inviable y poco realista pretender ocupar todo el tiempo de la otra persona.
Además de las responsabilidades de cada día, cada persona debe tener su espacio y ser prioridad de sí mismo. La clave es ver la relación como si se tratara de un equipo donde ambos son igual de valiosos e independientes.
Si cedemos todo a la otra persona, corremos el riesgo de perdernos a nosotros mismos. En el extremo opuesto, podemos hacer sentir al otro que no tenemos interés o que lo descuidamos. La clave es mantener el equilibrio y la identidad de cada uno.
5. «Deberíamos ser capaces de resolver esto ya»
Es muy común pensar que todas las relaciones de pareja son perfectas menos la nuestra, lo que nos lleva a intentar averiguar cuál es el secreto que esas parejas conocen y nosotros no.
Sin embargo, todas las relaciones de pareja son complejas y atraviesan momentos difíciles. Es importante tener en cuenta los puntos que hemos comentado y trabajarlos en la pareja día a día. La palabra clave es «escuchar», tanto al otro como a nosotros mismos y nuestras emociones, y comunicarnos en función de ello.
Las relaciones de pareja no son sencillas y los momentos de crisis forman parte de ellas. Mantener una actitud pasiva ante las crisis es lo que puede llevarnos a fracasar.
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La forma en que gestionamos estas crisis es lo que marca la diferencia y es el proceso de superarlas junto al otro lo que reforzará el vínculo y hará que nuestras relaciones de pareja sean más sanas, maduras y duraderas.
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