Seguramente te habrás cansado de escuchar aquella frase que dice que la manera de alcanzar el éxito es a través de cometer muchos errores. Y es verdad que, con los fracasos vamos aprendiendo y mejorando. Aún así, el miedo a cometer errores muchas veces impide que si quiera lo intentemos.

El miedo a cometer errores lo aprendemos desde bien pequeños. Nuestros padres, sin darse cuenta, nos van mostrando sus temores, y nosotros absorbemos la información como esponjas. Por otra parte, los medios de comunicación, las personas con las que nos relacionamos y, en general, la sociedad, confirman esos temores, de forma que quedan establecidos como temores «normales».

Pero al mismo tiempo, la sociedad ejerce sobre nosotros una enorme presión para que no los cometamos. Las personas de éxito que nos muestran no parecen haber cometido ningún error ni haber fracasado nunca. Y es precisamente ése el modelo que nos muestran de individuo feliz y realizado, con lo que nosotros tendemos a idealizarlo e intentar parecernos lo más posible a él.

Es por ello que eso temores que consideramos «normales» pueden ser de tal grado que nos impidan la acción misma, es decir, que quisiéramos alcanzar algún objetivo pero el miedo de fracasar en la tarea impida que lleguemos a intentarlo. Podemos pensar en la cantidad de veces que se nos pasa una idea por la cabeza que nos atrae mucho y acto seguido aparece el pensamiento de «mejor me quedo como estoy, no vaya a salir mal».

Superar el miedo a cometer errores

1. Miedo a cometer errores: Enfrenta el miedo

Superar el miedo a cometer errores implica, como la superación de cualquier miedo, enfrentarse a él. En psicoterapia (terapia conductual) existen dos formas de afrontar los miedos. La primera y más extrema se conoce como inundación. Como podrás deducir por el nombre, supone exponerse al estímulo temido de forma completa todo el tiempo posible. Un ejemplo sería, en el caso de una fobia social en la que se eviten situaciones en las que haya mucha gente, sumergirnos de lleno en un centro comercial en plenas compras navideñas.

Pero existe otra forma mucho menos radical (afortunadamente), que se conoce como desensibilización sistemática, y que consiste en enfrentar los estímulos temidos poco a poco y de forma gradual.

Éste último sería nuestro caso. Aplicándolo al miedo a cometer errores, deberíamos exponernos a pequeños errores voluntarios, e ir incrementando el grado hasta comprobar que las consecuencias que siguen al error no son lo terribles que esperábamos y perder de esta forma el miedo.

2. Miedo a cometer errores: Reformula creencias

Para que nuestro trabajo sobre el miedo a cometer errores sea más efectivo, lo ideal es ir acompañando la tarea anterior, con la reformulación de las creencias que mantienen el miedo. De forma similar a como se hace en terapia cognitiva, esta tarea consiste en cuestionar los pensamientos que mantienen el miedo y formular esos pensamientos de forma diferente. Por ejemplo, si uno de los pensamientos que mantiene el miedo es lo que nuestra familia piense de nosotros si fracasamos, podemos tratar de sustituirlo por el pensamiento de que ellos también cometen errores, que son nuestra familia y deben apoyarnos cuando nos equivoquemos y animarnos a afrontar nuevos retos (aunque esto no sea así en todos los casos…), y que de la misma manera estarán muy orgullosos cuando alcancemos lo que nos proponemos.

Otro punto que no debemos olvidar es el de nuestras expectativas. Y es que no sentimos el mismo miedo a cometer errores si nuestro objetivo es hacer un curso de inglés este otoño, que si el objetivo es dejarlo todo, irnos a vivir a una isla y montar un chiringuito. La cuestión no es que el objetivo sea ambicioso, la cuestión es que si el objetivo es ambicioso, debemos dividirlo en metas más modestas e intentar ir alcanzando meta por meta. Así la sensación de miedo a equivocarnos irá en proporción.

3. Miedo a cometer errores: Relativiza

Aunque parezca obvio, relativizar ayuda a restar importancia a los errores que cometemos. Y es que muchas veces, en lugar de restar importancia, lo que hacemos es dramatizar la situación y ponernos en lo peor. Nadie se libra de cometer errores y, como señalábamos al principio, los errores suelen traer consigo siempre un aprendizaje, lo cual nos lleva a hacer las cosas cada vez mejor.

La labor de superar el miedo a cometer errores, no es cuestión de un día, es una tarea que lleva tiempo pero que, sin duda, ayudará a que nos decidamos a dar el paso en muchas ocasiones, enriqueciendo nuestras vidas, alcancemos el objetivo o no.

Si crees que el miedo a cometer errores te está arrebatando oportunidades, si quieres aprender a ser más valiente y enfrentar tu miedo a equivocarte, en Psicología en el Bolsillo podemos ayudarte.

Analizaremos tu caso en profundidad para conocer el origen del problema y diseñaremos un plan de trabajo personalizado. El objetivo es que logres ganar seguridad y confianza, y que aprendas a manejar las dudas o el temor para que no te impidan poner en marcha tus objetivos.

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