¿Sientes incomodidad o ansiedad en lugares cerrados como un ascensor o un avión? ¿Pero también en lugares abiertos como en mitad de una montaña o en un gran centro comercial? ¿A veces necesitas que alguien te acompañe si tienes que conducir o ir en transporte público? Sigue leyendo porque puede que necesites empezar terapia para agorafobia.
¿Qué es la agorafobia?
En términos clínicos, la agorafobia es el miedo a sufrir un ataque de ansiedad en un lugar en el que resulte complicado recibir ayuda. Habitualmente, se diagnostica la agorafobia acompañada de un trastorno de pánico. Así, hablamos de trastorno de pánico con o sin agorafobia.
El trastorno de pánico aparece cuando la persona sufre ataques de ansiedad muy agudos en los que la sintomatología es tan fuerte que quien la sufre llega a pensar que se está muriendo. Los ataques pueden aparecer en cualquier lugar y, poco a poco, la persona, va desarrollando miedo de no poder recibir asistencia médica o ayuda si el ataque de pánico tiene lugar en una ubicación de difícil acceso. Esa persona ha desarrollado agorafobia.
Si bien es cierto, que no necesariamente tienen que aparecer ataques de pánico agudos para que la agorafobia aparezca. También puede generalizarse el miedo con ataques de ansiedad o incluso simplemente con síntomas intensos de ansiedad. En cualquier caso, es necesario empezar terapia para agorafobia para desenmarañar todo el problema.
¿En qué consiste la terapia para agorafobia?
Explicado de forma sencilla, la terapia para agorafobia va a tener como objetivo recuperar «el terreno» que ha ido ganando el miedo, reconquistar todo lo que, poco a poco, hemos ido evitando para evitar sentir la ansiedad.
Cuando sentimos ansiedad, tenemos la tendencia a dejar de hacer o evitar las situaciones o lugares que generan esa ansiedad. De esta forma, en la agorafobia, la persona va reduciendo los lugares a los que puede ir y, en algunos casos, puede no ser capaz ni siquiera de salir de casa sola.
Para revertir la situación vamos a necesitar trabajar diferentes aspectos:
- En primer lugar, identificar el foco de la ansiedad que genera los ataques. ¿Qué está generando una ansiedad tan intensa y qué está haciendo la persona para gestionarlo?
- En segundo lugar, desarrollar estrategias para controlar esa ansiedad: estrategias de relajación, trabajar las creencias o pensamientos negativos que alimentan el miedo, etc.
- Y en tercer lugar, generar un plan de exposición que le permita ir recuperando la seguridad en todas las situaciones que actualmente generan miedo.
Es importante que la terapia para agorafobia incluya todos estos aspectos y, de ser necesario, revisar si es necesario trabajar algún otro aspecto que esté contribuyendo al problema.
Expectativas sobre la terapia para agorafobia
Cuando sentimos ansiedad, todo nuestro cuerpo nos pide que hagamos algo para dejar de sentirla y, por eso, en muchos casos tendemos a caer en la evitación, que es una de las respuestas naturales cuando tenemos miedo.
Sin embargo, debes saber que en los casos de ansiedad como la agorafobia, la evitación alimenta el problema y lo perpetúa en el tiempo. Cada vez que nos vamos de un lugar para evitar tener ansiedad, reforzamos todo el sistema que hace que aparezca la ansiedad.
Es muy importante que te pongas en manos de un profesional que resuelva todas tus dudas y te ayude a completar el proceso de terapia para agorafobia. En algunos casos, no completar el proceso suele llevar a una recaída o a que empeore la situación.
La buena noticia es que este tipo de ansiedad responde muy bien a la terapia cognitivo conductual y que, si haces un buen trabajo, en pocas sesiones puedes recuperar tu rutina normal y vivir por fin sin miedo.