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Personalidad Tipo A. ¿Cómo es y cómo influye en la salud?

Personalidad Tipo A. ¿Cómo es y cómo influye en la salud?

La personalidad Tipo A hace referencia a un conjunto de conductas y rasgos de personalidad que, a lo largo de las últimas décadas, se ha relacionado con la aparición de enfermedades cardiovasculares.

La personalidad Tipo A y la enfermedad coronaria

Desde finales de los años 50, concretamente en 1959, cuando los cardiólogos Friedman y Rosenman descubrieron este patrón de personalidad, han sido numerosas las investigaciones que han apuntado a estas características de personalidad como factores psicológicos relacionados con enfermedades cardiovasculares.

Lo que estos estudios parecen sugerir es que este patrón de personalidad Tipo A está más presente en personas que padecen enfermedades cardiovaculares que el patrón opuesto (Tipo B), lo que puede significar que, igualando el resto de variables, un individuo con personalidad Tipo A tendrá más riesgo de desarrollar este tipo de enfermedades que otro individuo con personalidad Tipo B.

Existen otros factores psicosociales relacionados con las enfermedades coronarias, como la depresión, la ansiedad o el apoyo social insuficiente. Nosotros nos centraremos en el patrón Tipo A y en uno de sus componentes: la hostilidad.

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Componentes de la personalidad Tipo A

El conjunto de rasgos de personalidad que forman este patrón conductual se pueden agrupar en los siguientes:

La hostilidad parece ser el componente que mayor relación tiene con la enfermedad coronaria de los tres que componen el patrón de personalidad Tipo A.

La hostilidad como factor predictivo de enfermedad coronaria

La hostilidad no solo está relacionada con la enfermedad coronaria. Las personas con este rasgo de personalidad tienen peor salud física en general y sus hábitos son menos saludables. Lo que relaciona la hostilidad con la enfermedad cardiovascular es lo que parece ser la mayor reactividad fisiológica que está presente en estas personas.

Ante determinados estímulos estresantes, las personas hostiles presentan una reacción más amplia y más prolongada en el tiempo que el resto, tanto a nivel neuroendocrino (adrenalina, cortisol, colesterol, testosterona, etc) como a nivel cardiovascular (frecuencia y presión cardíaca).

La hostilidad también puede dividirse en componentes más concretos:

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Como avanzaba arriba, la personalidad hostil suele desarrollar hábitos de vida menos saludables, realiza menos ejercicio físico, es más susceptible de consumir tabaco, alcohol u otras sustancias nocivas y se alimenta peor, lo que le hace más vulnerable a desarrollar cardiopatías.

Por otro lado, esta hostilidad es fuente de conflictos interpersonales con su red de apoyo social, lo que hace que este sea más bien escaso.

La escasez de apoyo social se traduce, a su vez, en sentimientos y emociones más negativas en el individuo, lo que le predispone a generar, de nuevo, conflicto social, con lo que el círculo vicioso se retroalimenta.

Es posible que te hayas identificado con algunos de estos componentes. Si crees que puedes presentar problemas de hostilidad, competitividad alta o un tipo de personalidad A, en Psicología en el Bolsillo podemos ayudarte.

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Ref.

Pérez, A. y Sanjuán, P. (2003). Psicología de la personalidad:Teoría e Investigación. Madrid, España: UNED

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