Existen personas que más que intercambiar, lo que hacen es robar la energía a los demás sin aportar nada a cambio. Éstas personas provocan una sensación de malestar y angustia cuando estamos con ellas, como si robaran nuestra energía y emociones positivas. Son lo que algunas personas conocen como vampiros emocionales.
Vamos a señalar cuatro tipos de vampiros emocionales que, por sus particulares características, pueden provocar una pérdida de energía a aquellos que se relacionan con ellas.
Tipos de vampiros emocionales
1. Narcisistas
En otro post ya mencionamos las características de este tipo de vampiro emocional. El narcisista tiene un sentido de la propia importancia exagerado y su necesidad de ser alabado y reconocido es infinita.
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Pero no debemos dejarnos llevar por esta descripción ya que el narcisista no siempre se muestra como una persona egocéntrica o maniática. De hecho, muchos narcisistas suelen ser encantadores, seductores, muy inteligentes.
Y resulta difícil resistirse a uno de ellos, por lo que es probable que acabemos entre sus garras, pero hasta cierto punto. Cuando encontramos algo con lo que no estamos de acuerdo, cuando hacemos alguna crítica, el narcisista puede cambiar de actitud, distanciarse, castigarnos con su indiferencia o tratar de controlarnos.
Por ello, para tratar con estos vampiros emocionales, lo que debemos hacer es no dejarnos engañar, no pensar que se preocupan de corazón por nosotros y, por supuesto, no pensar que podremos cambiarlo.
El narcisista siempre va a quererse, atenderse y dedicarse a sí mismo, por encima de todas las cosas y exigirá que tu hagas lo mismo. Por lo tanto, es importante no poner ni una pizca de nuestra autoestima en manos del narcisista.
2. Tipos de vampiros emocionales: los amigos del drama
Para estos vampiros emocionales todo es extremo. Cualquier pequeño incidente puede ser una catástrofe y, tan pronto están en la «cresta de la ola» como en el fondo del pozo.
Su vida es caótica, como una montaña rusa emocional. Tienen rasgos histriónicos y pueden suponer una gran sobrecarga para aquellos con los que se relacionan.
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Cuando nos encontramos con un amigo del drama, lo mejor que podemos hacer es establecer límites y no dejarnos llevar por su torrente emocional. Respirar profundamente y mantener la cabeza fría y la serenidad son dos habilidades necesarias para tratar con ellos.
3. El vampiro pasivo-agresivo
Seguro que alguna vez te has cruzado con estos vampiros emocionales. Suelen ser personas que acumulan mucha ira pero la exteriorizan con una sonrisa de oreja a oreja y con una fachada de tranquilidad.
En realidad son personas con una gran hostilidad, que dulcifican con sutilezas. Suelen ser evasivos en sus respuestas, utilizar el sarcasmo y, a pesar de su apariencia de no haber «roto un plato», saben perfectamente dónde dar para que duela. Necesitan sentir que tienen el control de la situación.
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Para tratar con estas personas, vamos a necesitar confiar en nuestra intuición y no guiarnos por lo que nos digan el resto de los sentidos. Puede que te comunique algo con dulzura y tranquilidad pero, si en el fondo no nos convence, es a este sentimiento al que debemos atender. Además, debemos ser concretos en nuestros mensajes y en aquello que nos molesta de su comportamiento.
4. Tipos de vampiros emocionales: las víctimas acomodadas
Este tipo de vampiro emocional siempre tiene problemas. Cuando no es una cosa, es otra, pero siempre requiere la comprensión y la ayuda de los demás, parece que nunca «levanta cabeza«.
Nosotros, en un acto de cariño o buena voluntad, tratamos de ayudarle en todo lo que está en nuestra mano, pero los problemas parecen salir de debajo de las piedras. Su necesidad de ayuda consume nuestros recursos de forma indefinida.
Muchas personas sienten debilidad por estos tipos de vampiros emocionales. Ver a alguien en problemas, sentir compasión e intentar ayudarle a solucionarlos, es un gesto muy noble, pero debemos tener cuidado, porque en este caso, cuando creamos haber conseguido algún avance, volverá a pedirnos ayuda con un asunto nuevo.
A la hora de relacionarnos con ellos debemos tener claro que estos vampiros emocionales no solucionarán sus problemas porque, en realidad, no quieren solucionarlos.
Se encuentran en algún cómodo lugar entre la autocompasión y el victimismo, y no piensan salir de ahí, así que antes de invertir tiempo y energía, reflexiona sobre si llevará a alguna parte.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de estas personas no tratan de hacernos daño con su actitud. Los vampiros emocionales no son conscientes de su comportamiento en este sentido y rara vez tienen malas intenciones.
Probablemente, en algún momento de su pasado, ocurrieron una serie de circunstancias que les llevaron a ser como son. Por eso es importante no criticarles y mantener una actitud serena cuando tratamos con ellos.
Aprender a identificar a estos cuatro tipos de vampiros emocionales, saber cómo relacionarnos con ellos y mantener los límites necesarios para que no consuman toda nuestra energía, son las claves.
Sin embargo, es posible que cuando nos demos cuenta de que estamos delante de una de estas personas ya hayamos puesto en juego muchas emociones e incluso sentimientos.
En estos casos el daño que podemos sufrir puede ser elevado, poniendo en riesgo nuestro bienestar emocional y nuestra autoestima, entre otras.
Apartarnos de estas personas puede llevarnos mucha dificultad e incluso que hayamos desarrollado dependencia. En Psicología en el Bolsillo te ayudamos a abandonar la situación o a recuperarte de una relación con un vampiro emocional.
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